Vamos al Museo...






La cerámica más antigua de América fue encontrada en San Jacinto Bolívar, y en la actualidad existen estructuras de piedra gigantescas con marcas históricas en su superficie. Esas marcas talladas por los indígenas Zenúes que habitaron los Montes de María, dan cuenta del pasado de este pueblo en particular y de lo que se ha construido a partir de entonces.

El museo de San Jacinto se encuentra ubicado en el corazón del pueblo, específicamente en viejo y pintoresco edificio de estilo colonial dondefuncionaba la Alcaldía municipal.

Enormes puertas de madera se abren de lunes a viernes desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde para invitar a niños, jóvenes y adultos a conocer más de la historia de uno de los centros culturales más importantes de Bolívar expresado en su legado musical, artesanal y en los vestigios indígenas de la cultura Zenú.

Edinson Guzmán es uno de los guías y en esta ocasión nos muestra algunas vasijas perfectamente reconstruidas por varios curadores extranjeros y que representa los utensilios usados en el pueblo hace aproximadamente cuatro mil años a.c. 

La cerámica reposa bajo una luz blanquesina que permite que se aprecie cada detalle de su estructura. El recipiente fue moldeado meticulosamente un día cualquiera en el pasado por un indígena que seguramente no pensó que en su interior se escondería la historia de una generación de costumbres diversas, además de chicha de maíz fermentada.

La cerámica hallada en el sitio arqueológico San Jacinto correspondía a figuras zoomorfas y antropomorfas. Cabezas y cuerpos humanos elaborados en barro y arcilla se mezclaban con las figuras de perros o guartinajas si se prefiere, que surgían de la imaginación de estos hombres y mujeres quienes fabricaban además, accesorios con cuentas de madera, conchas de caracol, cerámica y aleación de cobre y oro para adornar sus cuerpos.


Estos indígenas tenían amplias aptitudes para la elaboración de hermosos utensilios tejidos y la elaboración de instrumentos de viento como la “Ocarina”. A simple vista es un elemento rudimentario de cerámica, que consta de pequeños agujeros en su centro. Pero nada es elaborado por casualidad, pues los agujeros marcan las notas musicales con las que daban dramatismo a las ceremonias de entierro, nacimiento y en general a sus fechas especiales. Este elemento sufrió transformaciones durante miles de años, hasta que un buen día se creó una réplica con madera y cera de abejas a la que se le llamó gaita. 


Una de las partes más llamativas del museo corresponde a la sección de gaita y artesanía. Se observa entre sus vitrinas de vidrio transparente, los rostros jóvenes de los gaiteros de San Jacinto, vistiendo los trajes típicos utilizados en las presentaciones donde el folclor sanjacintero y las melodías de la gaitalevantan de los asientos a grandes masas.

Este espacio conmemora la tradición del pueblo, las hamacas, mochilas y en general el tejido con hilo de algodón teñido tienen su espacio en una recreación real y fotográfica que muestra la elaboración de cada una de estas expresiones y en especial de la hamaca. 

Las imágenes muestran la preparación de las hebras de algodón, pasando por el teñido y posteriormente su inclusión en el telar de madera. El resultado de entrelazar estos hilos es un tejido firme, hermoso ycolorido que se convierte en cama y lugar de descanso.

La visita a este tipo de rincones históricos es enriquecedora y reafirma la cultura de pueblos como San Jacinto, además de mostrar la riqueza cultural a cualquier viajero que disfrute de las expresiones culturales que aquí tienen lugar. Hace cuatro mil años, este hermoso y tranquilo espacio se divisaba como cuna de artesanos y artistas consumados y hoy día se ha consolidado como un importante centro cultural.

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