San Jacinto, una parte de nosotros

Puede que en cualquier ciudad del mundo ya hayamos construido una vida alterna, donde el trabajo y  las amistades distan mucho de lo que podríamos encontrar en San Jacinto, sin embargo, es inevitable mencionar al pueblo siquiera en una de las conversaciones matutinas que sostenemos en el trabajo, en un café Juan Valdéz, en una discoteca de la calle del Arsenal o en el salón de clases de la Universidad donde, a menudo, quisiéramos llevar un pedacito de los momentos que pasamos con nuestros buenos amigos del  colegio (que se resumen, lamentablemente a menos de la mitad por cierto).




No es difícil que los recuerdos que tenemos del pueblo regresen continuamente a nuestra mente, y es que cómo podríamos olvidarnos de una mañana en San Jacinto, cuando el ruido de los escobajos, el relinchar de los caballos que traen la leche o el inconfundible pito de las busetas de Pablo y Porras que salen del pueblo todos los días, se convierten en música de fondo para nosotros. Aunque vivamos en Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Medellín, Chicago, Nueva York, China o en donde quiera que dejemos nuestros pasos, es inevitable querer regresar al pueblo, para encontrarnos con nuestra familia y los amigos que vuelven a ser los mismos compañeros de andanzas que alguna vez fueron, y con quienes seguramente volveremos a experimentar anécdotas inmortales.

Cuando llegan las vacaciones o incluso, cuando hay un fin de semana festivo es el momento de ir buscando los pasajes o en su defecto, “el chance” para poder llegar al terruño. Es el momento de preguntarse ¿cómo estará el pueblo?, y de querer incursionar hasta en la verdadera política, para poder sacarlo adelante. Es cuando nos acordamos que no hay agua potable continua, pero sí albercas y tanques elevados y cuando nos alegramos porque está lloviendo o nos apocamos porque el verano es cruel.




Sin embargo, apartándonos de la suerte anterior, cinco minutos antes de llegar a San Jacinto, ya se siente el calor del hogar, como si el pueblo te estuviera esperando desde hace mucho; miras por la ventana y notas cómo la Variante despliega sus artesanías a lado y lado y piensas en lo afortunado que eres porque no provienes de un pueblo del montón; inevitablemente miras al primer amigo o conocido del que te acuerdas y sonríes al saber que llegaste a tu destino. Pronto verás a los tuyos y ellos te abrazarán, y la tranquilidad y sencillez del pueblo no te harán dudar del viaje que acabas de hacer.




10 comentarios:

  1. HUY AMIGA QUE BONITO ESCRITO ME HAS RESUMIDO EN ESAS BELLAS PALABRAS TODO ESO QUE SIEMPRE SENTIA CUANDO SE ACABABA EL SEMESTRE EN LA U Y SALIR DE ESA FRIA CIUDAD (BOGOTA) A LAS 8 DE LA NOCHE Y SABER QUE VAS A VER A TU FAMILIA, AMIGOS, ES ALGO QUE SOLO LO SIENTE UNO QUE SE HA ESTADO TAN AUSENTE DE NUESTRO TERRUÑO, GACIAS AMIGA POR RECORDARME ESOS MOMENTOS

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  2. gracias una vez mas por este espacio por que en realidad es lo que siento en mi corazón cuando se que que se acerca un festivo y no poder ir pero es conmovedor este articulo
    confieso que se me salieron las lagrimas leyendo gracias amiga

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    1. Q lindo... Es que es así y que bueno que hay gente que quiere al pueblo.. lo repito

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  3. No se por que me traslade un Instante a mi san jacinto, a veces quedan cortas las palabras para expresar todo lo que sentimos cuando nos mencionan nuestro Pueblo, gracias por esta pequeña nota , ojala pudiéramos escribir cada uno de los san jacinteros lo que sentimos de nuestro pueblo y así realizar un Gran Libro.

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  4. Me encanta tu publicación!

    Le doy un 100 de puntuación; dónde 10 es el máximo.
    Ir leyendo es imaginarse y transportarse a la escena vivida en las mañanas de nuestro querido pueblo San Jacinto.
    Definitivamente el calor del hogar no se compara con nada y la esencia de San Jacinto es única e incomparable.

    Te felicito por tu publicación!

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  5. Esto simplemente describe tal cual, lo que siento cuando se acercan las vacaciones y me inundan las ganas de irme para mi pueblo y ver a mi gente... San Jacinto como tu no hay dos y tus habitantes son únicos.

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    1. Asi es amiga... q cosa no... No sé q tiene el pueblo pero como San Jacinto no hay dos...

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